jueves, 17 de diciembre de 2015

MIS CHICOS Y CHICAS DE FP

Hace unos meses me plantearon una propuesta que me pareció un reto maravilloso. Se estaba fraguando un acuerdo a tres bandas entre la Fundación Síndrome de Down del País Vasco, el colegio de FP San José de Calasanz de Santurtzi y Lanbide (Servicio Vasco de Empleo). Querían posibilitar que algunas personas con discapacidad intelectual, y posibles candidatos a la inserción laboral en el mundo administrativo, pudiesen acreditar sus competencias profesionales a través de la formación para el empleo obteniendo un Certificado de profesionalidad.

Acepté gustoso el reto de tutorizar a ese grupo. Ya no solo iba a seguir impartiendo clases universitarias sobre la Educación Inclusiva, sino que iba a ser partícipe y protagonista directo de una experiencia de Educación Inclusiva en toda regla, y además en un nivel de Formación Profesional.

Una vez organizada toda la infraestructura necesaria, que no es poca cosa, iniciamos las clases. Por supuesto me tocó adaptar objetivos, elaborar manuales acordes a las Necesidades Educativas de las personas que asisten a las clases, programar personalizadamente los módulos formativos, ajustar las actividades a sus tiempos, preparar las pruebas de evaluación, etc. Todo ello sin menoscabo de pretender que adquieran las competencias que marca la estricta normativa de los Certificados de Profesionalidad.

Ya llevamos más de un mes de andadura y estoy encantado. Cada uno y cada una de ellos me ha robado el corazón.

Hoy hemos tenido una salida para acudir a una jornada sobre la vida autónoma de las personas con diversidad funcional. Salida muy justificada porque Amaia (una de las alumnas) tenía que comunicar sus experiencias. Con tremenda alegría he podido comprobar como Ana Belén (alumna tímida y de pocas palabras) realizaba una pregunta a una de las ponentes en pleno salón de actos lleno de personas atentas a sus palabras, y lo ha hecho de maravilla. Borja y Maite muy atentos, no sólo a los ponentes sino también a todo lo que sucedía a sus alrededores, han puesto una nota divertida cuando han manifestado su disconformidad con la última pregunta, cuando ya pasábamos de las dos y media de la tarde (es la naturalidad que no tenemos los que nos consideramos normales, que protestamos por nuestro interior y no nos atrevemos a manifestarlo en público). Lucía ha hecho labores de anfitriona repartiendo carpetas. Elena no ha dejado de animar y apoyar a su compañera ponente. En fin, Denís e Itziar no han podido acudir porque están sufriendo las consecuencias de estas temperaturas locas de diciembre.


Bueno, sirvan estas líneas como agradecimiento a mis chicos y chicas de FP, ¡cuánto me están enseñando! A buen seguro que volveré a escribir sobre ellos.