jueves, 12 de marzo de 2015

La responsabilidad social ante las desigualdades laborales

Podemos decir que las desigualdades laborales se generan por algún tipo de desigualdad social, pero en este caso como algo peculiar del mundo laboral, en concreto:
  • Desigualdades en el acceso al empleo: por las dificultades de acceso a la población joven, por las dificultades añadidas al sexo femenino, por las dificultades por procedencia de países lejanos, etc.
  • Desigual ejercicio del derecho al empleo: la temporalidad de empleo en algunas zonas o sectores, la estacionalidad del empleo en determinados lugares, la falta de formación adecuada para el acceso a un empleo, etc.
  • Exclusión del mercado laboral: trabajadores pobres con escasa posibilidad de incorporarse al mundo laboral, discriminación salarial, desempleados de larga duración, etc.
La responsabilidad social en este aspecto es fundamentalmente de la propia sociedad, las instituciones sociales pueden llevar a cabo políticas que incentiven el empleo, pero son las organizaciones privadas quienes asumen la responsabilidad de dotar de puestos de trabajo en la sociedad.

En este ámbito, el subsistema de formación para el empleo, adscrito al Ministerio de Empleo y Seguridad Social a través del Servicio Público de Empleo Estatal y a las comunidades autónomas, es el conjunto de instrumentos y acciones cuyo objeto es impulsar y extender entre las empresas y los trabajadores ocupados y desempleados una formación que responda a sus necesidades y que contribuya al desarrollo de una economía basada en el conocimiento. Tiene tres patas:
  • Formación a demanda. Es la formación que ayuda a las empresas a incrementar su competitividad y productividad, desarrollando las competencias y cualificaciones de sus asalariados. Para ello, disponen de una ayuda económica que se hace efectiva mediante bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social.
  • Formación de oferta.- Las acciones formativas dirigidas directamente a los trabajadores ocupados y desempleados que se financian a través de subvenciones a las empresas en la mejora de su competitividad. Pretende cumplir con las aspiraciones de promoción profesional y desarrollo personal de los trabajadores, quienes mejoran sus competencias y habilidades para el desempeño de su ocupación o para su paso a otros sectores emergentes en los que se crea empleo.
  • Acciones de Apoyo y Acompañamiento a la Formación. Tienen como finalidad la realización de investigaciones de carácter sectorial y multisectorial, el desarrollo de productos, herramientas y metodologías innovadoras, la difusión de la formación para el empleo, la información, acompañamiento y orientación a trabajadores sobre las posibilidades de formación y movilidad profesional, el desarrollo de foros para la reflexión, análisis, intercambio de experiencias y elaboración de propuestas sobre formación, y todas aquellas actividades que contribuyan a mejorar la eficacia y extensión del Sistema de Formación para el Empleo. Se financia a través de convocatorias de subvenciones públicas.
Pero un gran protagonismo recae en las instituciones educativas y otro tipo de organizaciones sociales (centros sociolaborales), que son quienes asumen la responsabilidad de promover el desarrollo social de las personas con dificultad de incorporación al mundo laboral (los jóvenes, mujeres, parados de larga duración, etc.), especialmente a quienes quedan al margen del sistema educativo, de formación y de empleo. Dichas instituciones están ligadas a la responsabilidad social de la inserción laboral, a través de centros educativos, centros de formación profesional y centros de atención sociolaboral.

Dentro de las actuaciones sociolaborales que llevan a cabo estas instituciones, podemos citar:
  • Aulas - taller.
  • Formación Profesional Básica (Antiguos Programas de Cualificación Profesional Inicial).
  • Formación ocupacional.
  • Programas especiales de inserción laboral.
Algunos modos de intervención que desarrollan son:
  • Proyectos educativos individualizados.
  • Orientación grupal.
  • Tutorización y orientación personalizada.
  • Intervenciones con familias e instituciones.

Siempre quedará en el aire la pregunta de si estas actuaciones son realmente eficaces de cara a la incorporación de esas personas al mundo laboral, o no habría que atajar las raíces de las desigualdades laborales por otros caminos… por ejemplo a través de una configuración social centrada en la persona y el capital puesto al servicio de ella, o dicho de otro modo construir una sociedad en la que la economía sea real y no “virtual”, como en ocasiones lo es.